Un equipo comprometido
Muchas y muchos somos quienes ayudamos a extender el impacto de SARU en el Uruguay. SARU consta de una organización transparente
A mediados de los años 50, un grupo de señoras relacionadas al medio rural fueron convocadas por la señora Enriqueta Arteaga de Soneira. El motivo era que a todas las unía su preocupación por el bienestar de la familia rural ante la falta de oportunidades que tenían los niños y jóvenes de hogares de escasos recursos, una vez que egresaban de las escuelas rurales, para poder luego incorporarse en forma calificada en el medio laboral.
En 1955 ese grupo de espíritus inquietos y solidarios, resuelven trabajar en la promoción integral de estos jóvenes, siendo así que nace el Servicio de Ayuda Rural del Uruguay (S.A.R.U.).
Es así que se forma la primera Comisión Directiva, integrada por las Señoras Enriqueta Arteaga de Soneira como su primera Presidenta, Susana Cassarino de Sosa Díaz, Sofía Artagaveytia de Crossa, Martha Berro de Horta, Palmira Bordaberry de Risso, Margarita Danrée de Algorta, Olga Gómez Folle de Basabe, Rosario Williams de Seré y Berta Echeverría de Guerra.
Comisión Fiscal: Contador Rodolfo López, Señoras María del Carmen Pons de Palma, Leonor Comas de Gómez Cibils.
Se ocupan en conjunto de iniciar y proseguir ante los Poderes Públicos las gestiones necesarias para la obtención del reconocimiento como persona Jurídica las Señoritas María del Carmen Dutra y Marta Dorado.
Se crea así una asociación civil de carácter privado y nacional, sin bienes patrimoniales y todo lo que recaude sea para el sustento propio.
La primera concreción es la creación, en Guichón- Paysandú, de un pensionado para estudiantes del medio rural de modo de facilitar su concurrencia al liceo o a la escuela industrial de la localidad.
En 1959 en La Paloma, Durazno, abre sus puertas una escuela privada con internado. Así fueron surgiendo diferentes centros, acorde a la necesidad y realidad de cada momento.
En 1962 la empresa Coca-Cola regala el Kiosco en el Predio del Prado a SARU.
En 1978 comienza la Parrilla. Así rezan las notas escritas de la época “luego de circular por varios años en diferentes locales, la Asociación Rural del Uruguay confió en nuestro trabajo y nos ofreció un terreno en el predio de exposiciones. Construimos la parrilla y se armó el salón – cuyo techo era el cielo y las sillas, fardos prestados por los mismos productores. En ese agosto – frío pero muy seco – los comensales no osaban sacarse sobretodo ni sombrero.
Con el paso de los años y el apoyo de muchos voluntarios, se consiguieron techo, paredes, puertas y ventanas”.
En el 2013, en un mundo cada vez más competitivo, exigente y altamente especializado, S.A.R.U., acompasa el cambio tecnológico, esforzándose en proporcionar a los jóvenes rurales de escasos recursos el acceso a todos los centros de educación formal (Escuelas Agrarias, Liceos, U.T.U., Magisterio y/o Profesorados, etc.) para insertarse en forma calificada en el medio laboral rural que de otro modo serían imposibles.